Esta noche tan mala,

lluviosa, fría,

con viento y humedad;

ésta, tan mala noche,

podríamos quedar.

Cambiaríamos juntos

el concepto del adjetivo.

TENGO PRISA

Quién tiene un minuto

para mirarse al espejo

y engalanar su alma;

para salir a la calle

y ceder el paso;

para observar a los otros

y sentir sus latidos;

para saber sin palabras,

para acostarse sin miedos,

para regalar otro día,

para amar y decirlo,

para perdonar olvidando,

para no callar lo injusto,

para oír escuchando...

pero no tenemos tiempo.

Y SI TE DIJERA "VEN"

Y si aceptara la oferta

que con disfrazada

melodía, alcohol, cintas…

tras tus ojos interpreté.

Y si hiciera tambalear

tu discurso, las pérdidas

tu reloj, tu certeza…

Y si amaneciera

a cualquier hora,

olvidando las horas,

sin sueño soñando,

relegando miedos,

imaginando abrazos,

manos abiertas, libres…

Y si te sonriera,

¿Lo dejarías todo?

AVE MIGRATORIA.

Tengo la suerte de haberte vivido,

de haber atravesado el frío muro

que resguarda tu enigmática esencia;

de que te llevaras parte de mi risa,

que seas tú, tu nombre

y no un apodo familiar.

Tengo la suerte de haber sentido

el empuje de la eventualidad

que obvió senderos alternos,

evitando otro destino,

hoy ya parte de argot común

para expresar lo eludible.

Tengo la suerte de saber

que, como ave migratoria,

aparecerás cada invierno a mi lado

para compartir una lujosa mesa,

la lluvia, el fuego, el camino…

Pero me cuesta

no pedir nada,

acompañar tu ausencia,

sonreír sin ti,

soltar tus alas

dejarte volar,

dejar de volar.