
Vuelvo a recorrer tus aceras
mis pies se funden en el asfalto,
y las calles me cercan consumiendo
el espacio vital en el que un día
idealicé la risa y tu mano.
La metamorfosis se trenza
con los sonidos de la prisa,
los obsesivos lamentos
y los rostros acusadores
de promesas de olvido.
Aún así,
la ciudad me parece digna
y elimino las memorias
para escribir de nuevo
en una hoja en blanco.