Podría aprender a saborear tu ausencia,
que me gustasen tus largos silencios,
a no pedirte más por no perderte,
reprimir quejas, abrazos o quimeras.
Aceptaría mirar a solas mientras espero,
a soñar con tu tiempo encarcelado,
liberarlo de su yugo y acercarlo
para besarte sin prisas, sin dueño.
Te enviaría, sin atender distancias,
versos alados, paloma sin retorno,
deteniendo el péndulo para evitar
que mi rostro refleje su declive.
Pero tras la mesura, con suma y sigue,
aun suplicando prestamos a la cuenta atrás,
prescribe: débito en años por vivir,
la inflexible, severa, rigurosa Parca.
NOS LEÍMOS, NOS AMAMOS
Hace 1 semana
2 comentarios:
Bueníssssssssssimo. Como todos los poetas cantan al pasar del tiempo. La insoportable levedad del ser. La capacidad que se tiene, desde el amor, de parar el tiempo, de saborear la presencia. Edu
Eduuuu, ¡cada vez escribes mejor! Gracias por comentar mis poemas y parecerte buenos. Un beso.
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