No tuvo la sensación de usada
hasta que, junto al rincón,
vislumbró el pelo
brillante y ordenado
de su sustituta.
Miró sus harapos
y sintió hervir
la profusa mugre
del tiempo que sirvió
para limpiar sucias pisadas.
Urgía el cambio;
sin escrúpulos, ante sí
se mostraba presto
el canje inminente
porque ya no valía.
Y maldijo al tiempo,
a la inconsciencia,
a la mano que estrujaba,
la misma que le arrojó,
con desaire, a la basura.
Qué lástima, oyó
qué calidad tenía
no dejó pelusas nunca
y cómo se arrastraba...
como ella, ninguna.
6 comentarios:
iMPRESIONANTE QUERIDA AMIGA EL POEMA QUE HAS SACADO A LA FREGONSA...ERES UN GENIO,M ME HA GUSTADO MUCHISIMO
uN ABRAZO
sTELLA
Gracias Stella; ese comentario ya vale el café y el pastelito :-)Un besazo.
Vuelvo a leerte, la originalidad de tus versos me atrapa
Un abrazo y un cafe
Stella
Muchísmas gracias Stella; es un privilegio y un placer que te pasees por aquí. Un beso.
Estupendo. Original. Perfecto.
Precisamente el 8 de marzo. Es un poema lleno de una emoción que extraña sentir, o que duele demasiado.
Enhorabuena.
Y muchos, muchos besos.
Laura
Laura, cariño; muchísimas gracias por acercarte por aquí. Tengo unas ganas enormes de ir a Madrid y oirte en los Diablos Azules, salir por ahí, cotillear y organizar actividades varias.
Un besazo.
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