Porque surge el llanto
sin conocer la razón,
Porque mi soledad
se hace más angosta,
sería la respuesta el orden
y mi ceguera el olvido.
Como andas tan despacio,
no entiendes las palabras
y se te olvida quién soy,
agotas mi paciencia,
la que nunca tuve
que ahora invento
para redimir mis pecados
o alcanzar la armonía
en un futuro.
Quién hubiera dicho
que tendría que esperar
sin juicios,
que los relojes perderían
el ritmo,
que trasnocharía sin conciertos.
Quien hubiera pensado
que impugnaría mi sexo
y que las melodías más oídas
son compuestas con notas
discordantes y desafinadas.
Impido quejarme
para no tener más peso
porque es uno quien anda
a la lucha con uno
hiriendo al otro
porque las lágrimas caen
por mil razones
y nunca aciertan
cuando aparecen.