¿Qué haré contigo?
No sé si mutilar el
“ti”
y quedarme con el
“congo”
que aunque cambió el nombre
sigue siendo una tierra
de embrujos
para los que viven la
esencia.
O dejar a un lado el
“con”
para disfrutar con “
tigo”,
abandonando los lazos .
Podríamos probar sólo
“con”
pero me sentiría atada,
y de ninguna manera
obviaría el “go”
porque sin él no podría
ir a ninguna parte.
Dime, pues,
¿qué haré contigo?